viernes, 6 de abril de 2012

Camino de santiago: Desde Navarrete a Najera


Continuamos nuestro “camino riojano” y desde Navarrete salimos dirección Nájera. Muchas son las cosas positivas que nos ofrece el recorrer esta ruta: es imposible perderse, siempre –incluso con nieve- compartiremos con algún otro peregrino o lugareño nuestra aventura, las uvas –llegando la vendimia- nos servirán de almuerzo y las historias y leyendas impregnarán de ilusión nuestras retinas. Como en el alto de San Antón que conserva lo que fueron las ruinas de un monasterio.

Sin embargo, en esta ocasión es inevitable hablar de la leyenda de Roldán y Ferragut, una versión moderna de David y Goliat, ejemplo de la lucha de moros contra cristianos que tiene, en el “Poyo de Roldán” en el término de Alesón, su explicación.

Ferragut era un gigante musulmán, descendiente de Goliat y prácticamente invencible que mandaba en Nájera. Roldán, sobrino de Carlomagno, quien acabó con él, recuperando para el cristianismo la ciudad. Varias son las versiones de cómo se logró la gesta, pero independientemente de si fue o no verdad, es apasionante recorrer unas tierras con tanta historia.

Llegando a Nájera podemos divisar en sus cerros las huellas de lo que fueron viviendas prehistóricas desde la Edad de Bronce bajo el cerro que ocupó en su día una fortaleza musulmán.

Las calles de la ciudad son las calles de la que fue la capital del primer gran imperio peninsular, el reino de Nájera Pamplona y que recibió visitas ilustres como las de Carlos V y Felipe II.

En el Monasterio de Sta. María la Real el tiempo discurre despacio, narrándonos los distintos capítulos de su propia historia y la de la localidad. Un monasterio que se crea alrededor de una cueva donde la leyenda dice que un halcón encontró una virgen, un ramo de azucenas, una lámpara y una campana. Una virgen –la de La Cueva- a la que el rey atribuyó sus victorias y dedicó el monasterio. No nos podemos perder también el coro, con una majestuosa sillería de estilo gótico, los panteones o el claustro, donde se encuentra el mausoleo de Don Diego López de Haro. En definitiva, un conjunto espectacular del que no voy a hablar más para que no os resistáis a visitarlo.

Muy cerca de Nájera se encuentra la localidad de Tricio, que fuera el principal centro alfarero de los romanos y donde –si somos afortunados- podremos admirar la belleza de una de las ermitas más bonitas de La Rioja, la Ermita de Arcos (Paleocristiana del siglo V ó VI).

Por cierto, si hacéis la ruta con tiempo, quizás podáis encontrar el tesoro que según cuentan, se encontraría enterrado en el Poyo de Roldán… Chsssss!! Es un secreto!!

miércoles, 4 de abril de 2012

El Logroño del vino



No cabe duda de que el Camino de Santiago es una de las grandes rutas más transitadas en el mundo. Aquella frase de «todos los caminos llevan a Roma» es, en España, aplicable a Santiago.De todas las
rutas, el Camino francés es el más transitado y éste tiene su paso por La Rioja. Con este primer capítulo de Rutas del Vino, comenzamos una serie de tres etapas que, en esta ocasión se detiene en Logroño y que aborda la ruta desde el lado vitivinícola. Tuve la oportunidad de charlar con una de las personas con las que hablar sobre Logroño, su cultura, su historia y sus rincones se convierte en una experiencia de revivir con la ilusión de un niño el paso del tiempo: Federico Soldevilla, se dedica a ser guía de su ciudad por vocación y eso se nota. Entramos a la ciudad por el Puente de Piedra.Antiguamente, cuando Logroño estaba amurallado, el castillo se encontraba muy cerquita de donde ahora está la rotonda.y había unas puertas que tenían un horario de apertura. El gobierno de la ciudad pedía permiso a los reyes, en época de vendimia, para que este horario fuera ampliado.Más allá del «de sol a sol».

Los carros llenos con los racimos transitaban –cuesta arriba– por la calle Ruavieja, donde entre otras  ‘joyas’ desaparecidas se encontraba una fuente o el teatro, donde en ocasiones había que duplicar función.Hoy resisten otros auténticos lugares espectaculares, como la ermita de San Gregorio (bonita historia la de esta ermita) o el albergue de peregrinos. En casi cada casa había un lagar y allí era donde se depositaban los racimos que serían pisados y prensados convenientemente, en algunas ocasión es en los mismos lugares donde más adelante se prensarían las olivas. Y así, como quien no quiere la cosa, parecieron como por arte de magia los lagares que conforman lo que hoy conocemos como ‘Espacio Lagares’ y que son de obligada visita.¿Y dónde iba el mosto-vino que allí se obtenía? Acalados, como el de San Gregorio, que se encuentra justo enfrente de este espacio y que también merece (si se encontrara abierto) una visita. Y sin darnos cuenta, charlando sobre el vino,pasamos una amena mañana que podemos continuar siguiendo la calle por donde transcurría el Camino y admirar más calados, la iglesia de Santiago, el convento la Merced o la Puerta de Revellín; o desviar la ruta hasta el centro de la ciudad para recorrer sus calles y de gustar,cómo no, los vinos de Rioja y las numerosas delicias gastronómicas.